Viaje familiar a Noruega
Entre los varios lugares que podemos elegir para nuestras vacaciones, Noruega es sin embargo un destino original que nos puede regalar una experiencia de vacación tranquila y relajada para nosotros y toda nuestra familia.
Cuando se piensa en Escandinava no se debe solo pensar en el frío, tanto en el frío del ambiente como en la frialdad de sus habitantes, primero porque ninguna de las dos cosas es cierta: en verano, los fiordos y los pastizales compiten con los autóctonos para ver quien se vuelve mas hospitalario y generoso con los millones de turistas que cada año reciben.
Por eso, olviden los prejuicios, un viaje a Noruega puede volverse una experiencia increíble, con un contacto extremo con la naturaleza y el alma de un pueblo que tiene mucho que ofrecernos, una valida alternativa a la monotonía de póster turístico de los destinos tropicales. Lo primero que se hace en Noruega? Explorar su capital, la maravillosa Oslo, una verdadera hoya de la cultura arquitectónica y de la sociedad de escandinava.
Una de las metas más famosas es el castillo de Akershus, testimonio del intercambio de los estilos arquitectónicos a lo largo de los tiempos, esta grande fortaleza con vista a todo el fiordo de Oslo tiene elementos medievales como sus gruesas torres de piedra, elementos renacentistas y elementos modernos y se utiliza a menudo para conciertos, premiaciones o otras exhibiciones, normalmente en los veranos y de forma gratuita optimo para toda la familia.
De fama internacional es la galería de arte de Olso, famosa para contener la obra de Edvard Munch «El grito» y también obras de artistas como Picasso, Gauiguin, Monet, Manet, Renoir, Degas, Cézanne e Matisse, entre otros. No muy lejos de ahí se puede también visitar la catedral o el famoso parque del escultor Vigeland, donde están guardadas muchas de sus obras o si están fascinados por la cultura de los antiguos vikingos, no pueden dejar de visitar el museo de las naves vikingas.
Olso representa sólo un pequeño distrito de lo que en realidad es un país muy vasto. Otra ciudad que no pueden no dejar de visitar es Bergen, con su muelle de postal famoso por ser uno de los ejemplos más finos de arquitectura escandinava. Se pasan de Stavanger no pueden no ir a visitar la famosa piedra del púlpito, una pared de roca tan escuadrada que parece esculpida por las manos de un gigante, de la cual podrán admirar un paisaje majestuoso. Si, eso es cierto, Noruega no es el lugar adapto para quienes padecen vértigo, y si van con su familia nunca dejen solos a los niños. La mayoría de estas atracciones valen la pena, pero no tienen ninguna medida de protección.
Si prefieren no arriesgarse y disfrutar de todos modos del paisaje, ahí está el famoso ferrocarril de flam, una ruta de 20 kilómetros entre cascadas y paisajes maravillosos, en un tren que parece salido de una fabula de otros tiempos.
Otro elemento por el cual vale verdaderamente la pena adentrarse en el norte del país, es la famosa aurora boreal. Este fenómeno de magnetismo que hace si que el cielo se llene de delicados velos de luz, es uno de los elementos más representativos de los países del norte del mundo, y noruega no hace excepción. En la medida que vamos hacia el norte, y el cielo se cubre de esfumaturas verdes y naranja, podemos admirar glaciares prehistóricos que revelan autenticas catedrales de hielo, o si preferimos las iglesias de verdad, el estilo de las iglesias de madera desde siempre ha marcado la arquitectura de los fiordos, come lo hace la iglesia de Borgund desde 1200.
Los mismos fiordos, quinta esencia de la geografía noruega, pueden ser admirados con un crucero especial y si queremos llegar al extremo norte del país, ahí nos esperan las islas Lofoten, verdadero paraíso en el corazón del Circulo Polar Ártico.