Itinerario de viaje de fin de semana en Montecarlo
Para sentirse una estrella de Hollywood o un príncipe, solo hace falta pasar unos días en Montecarlo. Es la parte más conocida del Principado de Mónaco, una ciudad-estado que se encuentra en la costa francesa, a pocos kilómetros de la frontera entre Italia y Francia.
La primera parada, para entrar ya en el ánimo de fiesta y glamour, es el Casino. Este edificio no comprende simplemente la parte de juegos de azar, sino que ofrece también más tipos de diversión para su público, como por ejemplo el Gran Teatro, y es sede de los Ballets de la misma ciudad. Con un poco de suerte, aquí podemos ganar algo más para gastarlo en las tiendas a la moda o en los restaurantes y en los cafés de lujo que rodean el Casino.
Es el llamado «carré d’or», el cuadrado de oro, formado por las marcas de ropa y accesorios más famosas, por los joyeros de fama mundial y también por los comerciantes de arte y antigüedades. Para los que prefieren ahorrar algo, hay también un centro comercial, el Métropole, con productos más abordables. Para una noche diferente, se puede reservar un espectáculo al teatro de la Ópera, donde a menudo toca la Orquesta Filarmónica de Móntecarlo, fundada en 1856. Para esta ocasión, hará falta un vestido a la altura de la ocasión. Con tantas firmas importantes, será difícil decidir qué comprar.
No hay que olvidar que Montecarlo es un lugar de playa. Fundamental es el museo oceanográfico, inaugurado en 1910. La arquitectura es impresionante, porque fue construido sobre un acantilado que da directamente al mar. Su importancia se debe a la gran cantidad de especies, vivas y en esqueleto, que se muestra al público. Además, en las bodegas se pueden admirar todo tipo de herramientas relacionadas con el mar, como barcos, armas, etc. La fama de este lugar ha crecido sobre todo gracias a uno de sus antiguos directores, el muy conocido Jacques Cousteau.
Para concluir este breve viaje, pasamos a saludar al príncipe Alberto II en su palacio. Conocido como Palacio Grimaldi, del nombre de la casa gobernante, se fundó en el siglo XII por los genoveses. La familia lo conquistó en 1297 y se ha quedado aquí hasta nuestros días. Se trata de una fortificación de diferentes estilos, razón por la cual se puede notar una falta de simetría. El estado actual se debe sobre todo a una restauración del siglo XVIII. Para visitar las habitaciones de estado, tenéis que pasar por aquí en verano, cuando quedan abiertas al público. Además, el Patio acoge conciertos al aire libre de la filarmónica desde más de 50 años.
Cuando se finaliza nuestro viaje, esperemos de habernos llevado un poquito de ese glamour y lujo que tanto caracteriza este rincón del mundo.