Las mejores bellezas naturales de Corea del Sur
Corea del Sur se encuentra la parte meridional de la península coreana. Se conoce sobre todo por su economía muy desarrollada, pero se puede visitar también por sus bellezas naturales. Hemos elegido 6 etapas imprescindibles:
1. En la isla volcánica de Jeju se puede recorrer el Geomunoreum, el más espectacular sistema de canales de lava y de grutas del mundo, con sus tejados de carbonato variopintos y con suelos y paredes de lava de color oscuro. Aquí se encuentran el Seongsan Ilchulbong, un cucurrucho de tufo similar a una fortaleza que sale del Océano, y el Monte Halla, el más alto de Corea, con sus cataratas, rocas polimorfas y el lago que se encuentra en su cráter volcánico. Este lugar se puede considerar ejemplo de la historia del planeta, con todas sus catacterísticas geológicas y los procesos que le han visto protagonista. Por esta razón, es patrimonio de la humanidad y ha entrado a formar parte de las siete nuevas maravillas naturales del mundo.
2. La catarata Jeongbang, enfrente del puerto de Seogwipo, es una zona de paseo y relax muy bien conservada, que transcurre por un valle entre dos montañas. Es un lugar mágico, sobre todo al atardecer.
3. El Parque Nacional de Seoraksan encierra una de las formaciones montañosas más impresionantes de Corea del Sur. Esta zona está llena de valles, rocas de granito, cascadas y ríos. Por su encanto, también este lugar es patrimonio de la humanidad.
4. Manisan es la montaña más alta de la isla de Ganghwa y es perfecta para hacer trekking. Además, tiene una importancia histórica, por estar situada en la parte superior del Chamseongdan altar, donde Dangun, el legendario fundador de Corea, ha ofrecido sacrificios al Cielo, donde los reyes de los tres reinos vendrían a ofrecer estos sacrificios.
5. Jinhae es una pequeña población cerca de Busan, donde cada año entre finales de marzo y principios de abril se celebra el festival de los cerezos en flor (Cherry Blossom). No hay nada mejor para reconquistar un poco de tranquilidad.
6. El estuario Soesokkak no suele estar contemplado en los destinos turísticos pero merece la pena visitarlo. La naturaleza aquí es extrema, combinación de bosque de pinos, mar y una arena volcánica que hace que destaque todavía más el verde de los pinos.
Corea del Sur es el perfecto ejemplo de cómo modernidad y desarrollo pueden ir juntos y respetar la naturaleza, la historia y la espiritualidad de una nación.