¿Existe el gen viajero? o es un mito?
Parece que todas nuestras acciones están controladas por nuestros genes: no solo el aspecto físico sino también las decisión que tomamos y las cosas que hacemos. De hecho, la actitud a viajar es algo que está escrito en nuestros genes.
Los Neandertales vivieron por mucho tiempo en los mismos lugares, sin viajar y moverse; pero, algunos años después, otros nuestros antepasados empezaron a recurrir todo el mundo. ¿Qué pasó? ¿Por qué los hombres decidieron empezar a viajar? Hace 37.000 años una parte de los hombres de Neandertal sufrieron una mutación genética que creo un nuevo gen, el DRD4 7R, responsable de una actitud belicosa y exploratoria. Esta nueva característica esta asociada con la gana de novedad, la apertura a experiencias nuevas y el deseo de moverse y no vivir una vida monótona.
Con los años parte del gen se ha perdido y en el hombre moderno se ha quedado solo la parte 7R aunque no toda la población lo posee totalmente: algunas personas tienen el gen completamente activo (más o menos el 10%), otras son solo portadoras (alrededor del 20%) y el restante 80% no lo tiene. Este gen 7R es el famoso gen viajero. La parte de la población que tiene este gen es muy activa, siempre quiere moverse y nunca pararse. Los responsables de los asentamientos son la restante parte de la población, que empezó a crear las ciudades en Europa. La mayoría del 10% con el 7R fue la que decidió irse al Nuevo Mundo.
De hecho, los más grandes exploradores vivieron en América: en 1830 empezó en Quebec, Canadá, un grande viaje de exploración de varios agricultores y madereros con gana de colonizar una nueva parte del territorio y descubrir nuevas oportunidades. Nuevos pueblos nacieron y nuevas ciudades empezaron a desarrollarse.
A partir de este evento, empezaron investigaciones científicas que descubrieron que la población que empezó a explorar el Quebec tenia el gen 7R.
En un estudio de 1999 se descubrió que las poblaciones con una cultura migratoria tienen este gen, mientras las que se han asentado tienen solo pocas personas con el 7R. Con otros estudios se ha descubierto que hay una variante del gen 7R llamada 2R: esta particularidad es más presente en las poblaciones que viajaron más lejos de África y que ahora conducen una vida nómada.
Hay que considerar, también, que la actitud al viaje no es algo debido solo al gen 7R. Con respecto de otros homínidos, de hecho, el hombre moderno tiene otros genes que le han permitido desarrollar otras características esenciales para poder viajar muy lejos: piernas largas, manos grandes y un cerebro capaz de pensar con imaginación. Es todo este conjunto que ha permitido el nacimiento de los exploradores y no solo la presencia del gen 7R.
En conclusión, es verdadero que hay unos genes que nos hacen más curiosos, con ganas de descubrimiento y deseo de descubrir novedades y nuevos lugares. Pero no toda la población moderna tiene ese gen 7R (solo el 10% lo posee activo) así que es bastante claro que la gana de viajar, fotografiar y conocer nuevas culturas no solo es una consecuencia del nuestro patrimonio de genes sino también de otras características propias de todos los hombres modernos (conformación física con piernas largas, caderas fuertes, un cerebro más desarrollado y manos hábiles).