Existe la adicción a viajar?
Muchas personas no paran de viajar y sin duda esta actividad es una de las pasiones más comunes y compartidas. Sin embargo, hasta ahora nadie había lanzado una teoría que podría cambiar la manera de ver a aquellos viajadores compulsivos. De hecho, se ha empezado a hablar de un síndrome, llamado wanderlust. Pero claro, no hay que considerarlo como una enfermedad, sino como un imparable deseo de moverse, descubrir y conocer. Varios son los motivos de todo esto: una inquietud personal, una manía, una fijación. Vamos a ver cuáles son los síntomas de este síndrome.
El primero es la necesidad de hacer experiencias nuevas e inusuales, seguidas por la obsesión maniacal por los precios de los vuelos. Para los adictos a los viajes, el dinero tiene valor solamente en relación con dónde les puede llevar, así que el wanderlust es simplemente un hobby para todas las personas curiosas y originales. Sin embargo, algunos estudiosos afirman que esta adicción está en el ADN, donde se encuentra el llamado gen del viaje. Se trataría de un receptor de la dopamina D4, o sea, el responsable directo de la pasión y del amor para todo lo que es exótico y desconocido. De todas formas, no todos tenemos este receptor, sino que solamente el 20% de la población mundial.
Otros estudios han demostrado que los adictos a los viajes tienen una posición geográfica similar, es decir, que viven en lugares donde desde hace tiempo se empujaron e incentivaron los desplazamientos. De la misma manera, según una encuesta llevada a cabo por la revista National Geographic, los wanderluster son personas con una mayor propensión a afrontar riesgos, probar nuevas comidas, tener nuevas relaciones amorosas y sexuales.
Finalmente, hay que considerar que el deseo de viajar y conocer realidades diferentes es un motor poderoso que permite confrontarse y madurar de manera sorprendente, trabajando también a nivel cerebral. Para algunos, este síndrome se ha transformado en un trabajo, como es el caso de los travel blogger. Se trata de unos pocos afortunados que giran el mundo y con su ordenador, smartphone y cámara cuentan sus experiencias de viaje.