Lugares secretos de Barcelona para frecuentar con amigas
Uno de los destinos favoritos para los viajes entre amigos o amigas es sin duda Barcelona. Esta ciudad tiene muchas diversiones que ofrecer, de la playa a los clubes, de las tiendas a la última moda a los talleres artesanales. Además, aquí se mezcla lo típico español a lo cosmopolita, dando un aire único a la ciudad catalana. Sin embargo, a pesar de la masa de turistas que la invaden cada año, hasta los mismo habitantes desconocen algunos lugares secretos perfectos para un grupo de amigas en busca de diversión.
Lo primero que hay que visitar es El Paradiso, un bar clandestino en el corazón del barrio de El Born. Se encuentra detrás de un Pastrami Bar a la moda y para acceder hay que hablar con la persona detrás de la barra y, en el momento adecuado, os dejará pasar en la parte detrás. Será una experiencia única, llena de misterio y de desafío, que dejará como secreto entre vuestro grupo de amigas. Si en cambio queréis gozar de una vista panorámica de Barcelona sin iguales, hará falta subir a los Bunkers del Carmel. Se encuentran en una colina fuera de la ciudad y, como dice el nombre, se trata de bunkers construidos para la Guerra Civil, que ahora se han transformado en un lugar de diversión.
Si tanto caminar os ha cansado, entonces para retomar fuerzas hay que tomar un café o un postre en la cafetería del Centre Cívic Can Deu. Es un lugar muy peculiar, porque es una casa dentro de un palacio modernista que os dejará sin palabras, en el corazón del barrio Les Corts, visitado raramente por los turistas. Aquí se puede elegir entre la barra o la terraza, consumiendo platos y bebidas deliciosos a precios razonables.
Pero la verdadera joya desconocida se encuentra en la colina de Montjuïc: el anfiteatro en los Jardines Griegos. Se construyó en 1920 para la Exposición Internacional de Barcelona y hoy en día el anfiteatro se utiliza cada año en julio para el Festival Griego, pero durante el resto del año los jardines y el teatro están abiertos al público. Son el lugar ideal para leer un libro, tumbarse en el césped o hasta hacer un picnic, sintiéndose como en otra época a pesar de estar a pocos kilómetros de una ciudad tan frenética.