Viaje de Fin de Semana: Los tres mejores destinos en África
Elegir solamente tres destinos para saborear algo de un continente tan vasto y diferente como África es un reto, pero visitar estos lugares nos tiene que adelantar un poco de este rincón del mundo.
Nuestro punto de partida será Marrakech, en Marruecos, una de las capitales del Islam y también una de las cuatro ciudades imperiales. Se conoce también como «la ciudad roja» por el color de sus construcciones o como la «perla del Sur», dada la fastuosidad de sus palacios y monumentos. La ciudad se fundó en el siglo XII por los Almorávides y lo que llama la atención es la rica vegetación a pesar de encontrarse en un ambiente desértico. Por esta razón, se debe visitar el jardín botánico y la Menara, además de las tumbas saadíes, el palacio de la Bahía y la Koutoubia. Para vivir una auténtica experiencia marroquí, hay que pasar un rato en la plaza Djemaa El Fna, donde se encuentran artistas, escribanos, encantadores de serpientes y vendedores. Además, aquí podéis tomar el típico té con menta admirando la gente en sus actividades cotidianas.
Bajando hacia el centro de África, nos encontramos en Zimbabwe, donde hay uno de los más grandes espectáculos de la naturaleza: las cataratas Victoria. Miden 108 metros y son maravillosas de noche y de día, para presenciar a un arcoíris casi perenne, incluso a la luz de la luna. Esta parada está dedicada a los amantes del deporte y del riesgo. Aquí se puede tomar parte a varias actividades que no son para todos: hacer rafting en aguas bravas, volar en globo o helicóptero y bañarse en la Piscina del Diablo, así como visitar los dos pequeños parques que protegen las cataratas, donde poder tocar con mano la naturaleza típica de la sabana.
Finalmente, bajamos hacia Sur hasta tocar la punta extrema, acabando en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. No obstante la grande importancia económica de su puerto, turismo y negocios aquí no han dañado al medio ambiente, intentando siempre preservarlo. Los destinos que vale la pena conocer son: la Mesa, es decir la montaña que protege la ciudad conocida por su forma tan peculiar y por su parque nacional, junto a las islas Robben y a los jardines botánicos Kirstenbosch. Para los que aman la tranquilidad y el sol, aquí se encuentran unas playas que nada tienen que envidiar a destinos más renombrados por el jet-set mundial.